Antaño, para quienes rebasamos la barrera de los 40 años, un campeonato mundial de futbol era un evento mucho más místico y hasta cierto punto más mágico de lo que hoy día ocurre. Era prácticamente imposible entender y comprender el entorno en el que se llevaban a cabo los partidos (se conocía la generalidad del país, un poco de su clima y nada más), los resultados llegaban “vía satélite” un día después de su celebración, la televisión nos maravillaba cual si llegara de nuevo el hombre a la luna, poco se conocía de quienes integraban las diversas selecciones nacionales (si no fuera la propia, siempre criticada) y a muy pocos se les reconocía el nivel de “cracks”: Beckenbauer, Cruyff, Eusebio, Garrincha, Lev Yashin, Bobby Charlton, Pelé…
El mundial a celebrarse en unos días en Sudáfrica, representará el primer mundial del “Social Media” en toda su plenitud, será posible conocer prácticamente en tiempo real y por cualquier medio o plataforma tecnológica el resultado de un partido (Gamecast en vivo), las condiciones del mismo, entrada, clima, latitud y longitud del estadio, vida y obra de cada participante (incluyendo hasta el 4° árbitro), todo, absolutamente todo. El calificativo de “crack” ya no será asignado por unos cuantos “conocedores”, sino por la comunidad futbolística al unísono. El favorito ya no será el rival más débil al que siempre hay que echarle porras, sino el que verdaderamente para la comunidad sea el mejor. La inteligencia de negocios estará por fin en sintonía con el milenario juego de pelota, la minería de datos y las complejas estadísticas podrán pronosticar de manera poco errada quién ganará y quién perderá. Cada uno de nosotros podrá ser (como ya lo somos), productores de contenido, de crítica, de juicios, de afirmaciones contundentes. Ya no tendrán más voz los terribles cronistas con su caló cada vez más denigrante. Los tableros de control ya circulan por diversos blogs y están en modo “demo”, para calentar gargantas y encender las primeras y más primitivas pasiones futboleras.
El futbol mundialista se “descomoditizará” (será de valor diferente) en esta justa gracias a la interacción de la comunidad, no por las televisoras, ni por los críticos, ni por los súper-sabios del futbol, sino por los que siempre son porra, por los que van a la zona general, por lo que pasan siempre desapercibidos en las transmisiones televisivas pero que en los estadios hacen realidad su voz, su presencia. Ahora ellos, conectados por Internet, serán capaces de llevar un silbato, de sacar la roja, de marcar el penal, de castigar o de vanagloriar a sus nuevos héroes.
La pasión tradicional dará vida a una nueva forma de vivir el futbol, a través de una comunidad realmente mundial, a través de una sola conversación con cientos de miles o millones de fans, de tweets, de videos, que inundarán la red en unos días más.
Señoras y señores, bienvenidos a una nueva modalidad de mundiales de futbol, una versión 2.0 en donde todos, para bien o para mal, habremos de participar.
El mundial a celebrarse en unos días en Sudáfrica, representará el primer mundial del “Social Media” en toda su plenitud, será posible conocer prácticamente en tiempo real y por cualquier medio o plataforma tecnológica el resultado de un partido (Gamecast en vivo), las condiciones del mismo, entrada, clima, latitud y longitud del estadio, vida y obra de cada participante (incluyendo hasta el 4° árbitro), todo, absolutamente todo. El calificativo de “crack” ya no será asignado por unos cuantos “conocedores”, sino por la comunidad futbolística al unísono. El favorito ya no será el rival más débil al que siempre hay que echarle porras, sino el que verdaderamente para la comunidad sea el mejor. La inteligencia de negocios estará por fin en sintonía con el milenario juego de pelota, la minería de datos y las complejas estadísticas podrán pronosticar de manera poco errada quién ganará y quién perderá. Cada uno de nosotros podrá ser (como ya lo somos), productores de contenido, de crítica, de juicios, de afirmaciones contundentes. Ya no tendrán más voz los terribles cronistas con su caló cada vez más denigrante. Los tableros de control ya circulan por diversos blogs y están en modo “demo”, para calentar gargantas y encender las primeras y más primitivas pasiones futboleras.
El futbol mundialista se “descomoditizará” (será de valor diferente) en esta justa gracias a la interacción de la comunidad, no por las televisoras, ni por los críticos, ni por los súper-sabios del futbol, sino por los que siempre son porra, por los que van a la zona general, por lo que pasan siempre desapercibidos en las transmisiones televisivas pero que en los estadios hacen realidad su voz, su presencia. Ahora ellos, conectados por Internet, serán capaces de llevar un silbato, de sacar la roja, de marcar el penal, de castigar o de vanagloriar a sus nuevos héroes.
La pasión tradicional dará vida a una nueva forma de vivir el futbol, a través de una comunidad realmente mundial, a través de una sola conversación con cientos de miles o millones de fans, de tweets, de videos, que inundarán la red en unos días más.
Señoras y señores, bienvenidos a una nueva modalidad de mundiales de futbol, una versión 2.0 en donde todos, para bien o para mal, habremos de participar.